lunes, 9 de noviembre de 2015

La teoría del todo








         En este ocasión voy a comentar, no un libro, aunque he leído algunos magníficos libros del protagonista. Sin embargo comentaré sobre una película que pude ver recientemente: La teoría del todo. Una película biográfica de uno de los más grandes físicos teóricos que ha dado la ciencia, Stephen Hawking. Es una persona que admiro, por su lucha y tenacidad en buscar la explicación a todo, algo que comparto con él, aunque busquemos en distintas direcciones. Leí su “Historia del tiempo”, al menos tres veces, también “El universo en una cáscara de nuez”. Todavía no he tenido oportunidad de hacerme con su última obra “El gran diseño”, aunque si he leído en otros libros, revistas e internet, sobre sus teorías actuales. 

                A mi modo de ver, la película no es fiel a su manera de pensar de esos inicios, más bien está enfocada en su pensar actual. Desde un principio, intentan mostrar a un Hawking ateo, arrogante ante la idea de Dios, cosa que no era del todo cierta. En sus inicios era agnóstico, y siempre reconocía que se topaba con el concepto de Dios o al menos de un iniciador y si bien su lucha se centraba en encontrar una explicación que no le incluyera, era humilde en ese sentido. Yo he leído su biografía y en la película, hay ciertos detalles que omiten y otros que sutilmente incluyen, pero que no se corresponden con la realidad. Una de ellas tiene que ver con Jane, su esposa de la que se divorció, cuando ya la fama le hacía viajar. Ella siempre fue una persona íntegra, curiosamente a la que no logró convencer de la no existencia de Dios, una idea que él fue albergando con el paso del tiempo, de forma más radical. Y según su biografía, fueron precisamente esas discusiones sobre religión y ciencia las que en cierto modo llevaron a la pareja al distanciamiento, si bien el paso definitivo lo dio él, cuando tomó la decisión de abandonarla e irse con su enfermera, la cual para colmo era esposa de David Mason, el ingeniero que adaptó un ordenador con sintetizador de voz para que Stephen se pudiera comunicar. 

                Yo le leí, en una época en la que también necesitaba encontrar una respuesta, seguí su trayectoria, me encantaba su manera de explicar la ciencia, la física, mucho menos enrevesada que el resto de físicos y cosmólogos a los que pude leer. Reconozco que sus teorías iniciales, las que pretendían explicarlo todo, a mi me llevaron al lugar opuesto al suyo. Supongo porque, junto a sus textos, incluí otros libros de ciencia, otras teorías, unidas a otras informaciones más, que yo consideraba esenciales, aunque él las despreciara. Quizá en realidad todo se trata, de qué es lo que busca uno en el conocimiento y la investigación, él ha buscado el rechazo a un Dios originador y yo todo lo contrario, en cualquier caso, ambos hemos encontrado lo que queríamos. 

                Él ha pasado de la teoría de un inicio del tiempo, por una “singularidad” en un inicial agujero negro super comprimido, que dio inicio a un big bang, y a todo lo demás, a lo que ahora cree tener: una explicación de universos paralelos. 

                Interesante es la respuesta que el da a una persona que le pregunta si cree en la existencia de Dios, en la película sale esa escena. Él responde al que pregunta: “Somos unos primates inteligentes, que vivimos en un planeta relativamente pequeño, circulando alrededor de una estrella poco importante, en los suburbios de una galaxia que no es precisamente el centro del universo, como para creer que un creador nos puso aquí”. Pero es curioso que ese mismo concepto me lleva a pensar lo contrario, si estamos aquí es porque es el mejor lugar, el sitio perfecto para la vida, gracias al tamaño de nuestro sol, ni más grande ni más pequeño, la distancia a la que estamos de este es la perfecta, así como el tamaño de nuestro humilde planeta y gracias a navegar a las afueras de esta galaxia es por lo que nuestro sistema puede contener vida, en otra situación, hasta donde ha descubierto la ciencia, o ya hubiésemos desaparecido, o no se podría dar el caso. Por lo tanto, alguien allá arriba con conocimiento suficiente para saber esto, o lo propuso así o encontró el lugar más adecuado para que ocurriera y formara la vida aquí. 

                Hoy Hawking ha cambiado de teoría y está convencido de la conocida como Teoría M, la de las supercuerdas, que explicaría la existencia de universos paralelos, nosotros viviríamos en uno y ni siquiera podríamos soñar con alcanzar a vivir en otro. Ahora su teoría nos dice que el tiempo no tiene inicio, y el big bang es consecuencia de las características de nuestro universo, pero no necesariamente explicaría el de los demás. Como si realmente formáramos parte de un grupo de universos de distintas dimensiones y leyes físicas, (se habla de al menos 11 dimensiones distintas, el nuestro tiene tres de ellas). Lo cual indicaría la existencia de infinitas formas de universos, con leyes físicas y características distintas. Su nueva teoría, no habla de eternidad, pero si la contempla, pues el tiempo no tiene inicio ni fin. Y eso explicaría a mi modo de ver un concepto que siempre me ha costado comprender, el infinito, el tiempo indefinido, cuando leía frases como: Dios es desde tiempo indefinido, hasta tiempo indefinido, o Dios de la eternidad. Ahora, gracias a Stephan Hawking las entiendo.

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